Soledades de algodón

¿Extrañas mis soledades? Si es así, presiento que hemos llegado a ese punto inconcluso de equilibrio. No pretendamos un coraje animado, si ya hemos perdido el resto de nuestro orgullo.
Un Silvio enamorado describe mi destino. Desarrolla mi terapia en aromas de amor, dolor y revolución.
Cuento hasta mil… hasta infinito… Pero no vienes. Vas y vuelves sin respuestas concretas. Y así no encuentro mi libertad.
Libertad quieta que diseña los tambores de un son que anima mis caderas. Naturaleza de mi escape hacia el placer. El bombo, el tres y el güiro no han cesado de tocar. Caja negra. Grises oscuros de un calor difuso. Un café, el pabilo que promete luz unas horas más y mi grafía dibujada en un papel.
Sólo quedan soledades de algodón.